El
alcohólico tiene muchas deficiencias, tanto emocionales como nutricionales. Muy a menudo hallamos
que este problema es discutido en el consultorio del psiquiatra o en las reuniones de Alcohólicos Anónimos.
Aún concediendo a los psicólogos que el alcoholismo representa una fuga de la realidad, debemos por lo menos tener en cuenta que siempre, en el tratamiento exitoso
de la enfermedad, se debe mejorar la dieta del paciente. Hasta qué grado eso influye en la recuperación, o si se
trata de la causa o del efecto, depende de cada paciente.
En
experiencias realizadas a lo largo de muchos años, hemos notado que los alcohólicos a los que se puede convencer de seguir una buena dieta,
o a tomar grandes dosis de
vitaminas, responden no sólo
con un mejor estado de salud, sino, a veces, por una menor necesidad de alcohol.
Esto
ha sido observado también por investigadores que emplean animales y que informan que parece existir un factor o grupo de factores en el hígado, que ayudan a transformar un animal "alcohólico" en un abstemio.
La
trabajosa investigación de muchos años ha sido resumida en un importante
libro: "Nutrition in Alcoholism",
escrito por Roger J. Williams, de la Universidad de Texas y publicado por la Universidad de Oklahoma.
Entre
otros interesantes temas, el doctor Williams
cita a lo largo del libro la excelente respuesta de los alcohólicos (tanto humanos como animales) a las dosis fuertes de vitaminas. A mayor número de vitaminas y dosis más fuertes, mayor es la respuesta.
El Dr.
Williams, renombrado como uno de los pioneros
de la investigación, empleando vitaminas, llega a la conclusión de que un alcohólico es a veces un individuo que ha nacido con requerimientos muy altos de ciertos nutrientes, como vitaminas, minerales y proteínas.
Por
causa de que estos requerimientos son tan altos que aún
una dieta excelente no lograría satisfacer, el alcohólico potencial transcurre su vida
en un estado de deficiencia, que se expresa en el abuso del alcohol.
Cuando
la ingestión de alcohol se hace tan grande que reemplaza a la de comida (lo que les ocurre a muchos
bebedores) la deficiencia se hace más
pronunciada y el alcohólico queda atrapado en un círculo vicioso del que rara vez
puede escapar sin ayuda.
Llegamos
al mundo como paquetes únicos, envueltos
en el material de la herencia. Nuestras impresiones digitales lo demuestran, así como nuestros problemas nutricionales, que son peculiares y exclusivos desde nuestro nacimiento.
Cualquier pediatra
podrá decirle que el recién
nacido largo, puede requerir tanto como
140 calorías por kilo de peso; mientras que el tipo ancho necesita sólo 100.
Los recién nacidos muy
activos, fuertes, irritables
e inquietos, requieren más calorías que
los plácidos. Estos requerimientos
nutricionales diferentes, que nacen
con nosotros, se extienden a cada
uno de los factores nutritivos, no sólo
calorías, sino también vitaminas, minerales, proteínas, grasas, carbohidratos, volumen
y, probablemente, enzimas.
El Dr. Williams ha establecido de esta manera una plausible base nutricional para el alcoholismo. Pues así como usted puede "pasar hambre" (cualitativamente) con una dieta que nutre a su marido, mientras que él puede llegar a sufrir deficiencias con un régimen adecuado para su hermano, un
individuo se convierte en un alcohólico con una dosis de licor que podría ser consumida por su primo o el vecino de al lado sin más consecuencias que un ocasional dolor de cabeza.
Es fácil
darse cuenta que una dieta mimeografiada, que supone que todas
las personas tienen los mismos
requerimientos, debe ser siempre errónea.
Todos nosotros necesitamos los
mismos factores nutritivos,
pero no en las mismas
cantidades; la seguridad
se encuentra sólo en las dietas con contenidos
de los factores nutricionales suficientemente altos como para proveer
con lujo a aquellas personas cuyos
requerimientos son pequeños, y para
satisfacer las necesidades de aquellos
cuyos requerimientos son altos.
El alcohólico que rehúsa,
rechaza o no puede ingerir alimentos cuyos valores nutritivos compensen
su deficiencia básica, se convierte en un
enfermo. El alcohólico no tiene reflejos en las rodillas ni tobillos, no digiere bien, no tiene apetito; sufre alucinaciones, pierde la memoria
y el sentido de la identidad. Es
mentalmente irresponsable.
Cuando
bebe, el alcohólico está consumiendo carbohidratos
y calorías casi con exclusividad. El alcohol, como el pan blanco
y el azúcar blanco, ha perdido sus vitaminas
y minerales; fueron
dejados en el destilador,
como en el caso del azúcar y la harina
en el molino. Literalmente el alcohólico
es un "comedor de golosinas líquidas".
Al lector puede interesarle conocer las
vitaminas que se dan como
suplemento de una
buena dieta con la finalidad de reducir la necesidad de alcohol de los humanos alcohólicos.
El suplemento incluye: Alfa-tocoferol,
Panto-tenato de calcio, Colina, Inositol Nicotinamida. Acido
paraaminobenzoico.. .Vitamina D, Piridoxina Vitamina E. Riboflavina Tiamina, Vitamina A, Vitamina B12, Vitamina
C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario