14 de noviembre de 2011

La gastritis simple o dispepsia aguda (Empacho)


La gastritis simple o dispepsia aguda, llamada vulgarmente "empacho", es una alteración del estóma­go provocada frecuente­mente por excesos alimenticios.

Esta enfermedad tam­bién puede ser producto de un factor individual, cuando ingerimos alimen­tos a la fuerza o con re­pugnancia, o en estado de cansancio, en cuyo caso, a pesar de ser generalmen­te bien tolerados, pueden provocar la misma.

Los alimentos muy ricos en grasa (salsa ma­yonesa, ciertos quesos grasos y los alimentos co­cinados con grasa) provo­can con más facilidad el empacho o dispepsia agu­da que los alimentos al­buminosos o hidrocarbonados, cuando son po­bres en grasa.

La costumbre también influye en este caso, ya que una comida a deshora o un alimento nuevo pro­vocan más fácilmente la perturbación gástrica.

La gastritis puede ser alérgica, contra determi­nados alimentos (huevos, mariscos, fresas, etc.), y se denomina idiosincrasia para ciertos alimentos.

Las manifestaciones clínicas de la gastritis consisten en sensación de pesadez del estómago, repugnancia para todo ali­mento, eructos, malestar, lengua seburral, sialorrea (excesiva salivación), náu­seas y, por último, vómitos.

Después del vómito queda generalmente una sensación de malestar y de opresión dolorosa en el epigastrio (boca del estó­mago).

Además   la   lengua   está seca, cubierta de saburra; el enfermo tiene mal gusto de la boca, que suele oler mal y se produce una sed intensa, con repugnancia para todo alimento, salvo los ácidos, salados y pi­cantes, cuyo consumo sue­le ser seguido de nuevas náuseas y vómitos.

En ocasión de la per­turbación gástrica pueden presentarse dolores abdo­minales, con borborigmos (movimiento de los gases en el estómago que produ­ce ruidos en el vientre) y flatulencia (molestia por la acumulación de gases en el tubo digestivo) con es­treñimiento o diarrea.

Si se presenta cierta diarrea, ofrece general­mente los caracteres de diarrea de fermentación o de putrefacción. Las eva­cuaciones suelen contener abundante moco.

En los niños habrá que pensar que ciertas enfermedades infecciosas comienzan con vómitos, por ejemplo, la escarlatina.

La enfermedad suele curar en pocos días cuan­do se instituye un tratamiento adecuado, si bien persiste algún tiempo la inapetencia y el estómago permanece algo sensible.

Del mismo modo pue­den persistir los borborig­mos y flatulencias y la tendencia a las evacuacio­nes diarreicas.

La gastritis aguda puede pasar al estado cró­nico.
EL   TRATAMIENTO
No se dará alimento alguno por espacio de 24 horas.

La sed se combatirá con trocitos de hielo y cucharaditas de sal de Selz muy fría, o de té frío o agua albuminosa (con cla­ra de huevo).

Se ampliará con gran prudencia el régimen ali­menticio, pues de lo con­trario puede prolongarse la gastritis aguda.

Por lo general, resul­tan superfluos los medi­camentos en el tratamiento de esta enfermedad.

Cuando la sensación de pesadez gástrica es muy molesta, conviene aplicar compresas calien­tes sobre el epigastrio o boca del estómago.

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