Uno de los problemas más comunes en hombres que
pasan de los 40 años de edad es un
aumento de tamaño de la próstata, que puede causar molestias variables.
Al aumentar de tamaño, la próstata puede presionar
la vejiga e impedir que ésta se vacíe con normalidad. El vaciamiento incompleto de la vejiga causa retención de orina y esto origina infecciones e inflamación en la vejiga.
Una obstrucción prolongada puede
trastornar la función de los riñones, y la retención urinaria también
puede predisponer a la formación de cálculos
o piedras.
Los síntomas de un agrandamiento de la próstata pueden ser un deseo frecuente de orinar expulsando cada vez una pequeña cantidad de orina.
Cuando se presente ardor y escalofríos o fiebre indica
que ha ocurrido una infección de las vías urinarias. A veces se presentan episodios de una imposibilidad
total de orinar, generalmente después de un tiempo
prolongado sin vaciar la vejiga, de exposición al frío o de ingestión de alcohol.
PAPEL DEL ZINC
Existen algunas evidencias de que los
suplementos de zinc
pueden ayudar en los
problemas de la próstata. La importancia
del zinc se manifiesta en el hecho de que la próstata contiene una concentración de este mineral alrededor de 10 veces
mayor que en los demás órganos del
cuerpo.
El doctor Irving M. Busch del Cook
Country Hospital en
Chicago, encontró que un suplemento diario
de zinc en dosis de 50 a 100 mg mejoró
o eliminó los síntomas en
la mayoría de los hombres que
padecían de prostatitis crónica o
agrandamiento de la próstata.
OTRAS MEDIDAS BENEFICIOSAS
Aunque no existe una explicación científica que lo
justifique, gran número de hombres con
inflamación de la próstata han reportado
que han experimentado dramáticas mejorías con
el uso regular del polen de abeja.
El doctor Jutaka Soito, de la
Universidad de Nagasaki,
Japón, reportó que
usando una preparación de polen en 30
pacientes que sufrían de prostatitis
crónica obtuvo los siguientes resultados: en 16 casos fue completamente
"efectivo", "efectivo en
13 casos y no efectivo en un solo caso.
No se administró ningún otro
medicamento y no se observó ningún efecto secundario.
Debe evitarse el uso de algunas sustancias
que son irritantes de
la próstata, tales como el
alcohol, café, embutidos y picantes.
Se ha comprobado que la deficiencia
de los ácidos grasos esenciales contribuye a causar trastornos en el funcionamiento de la próstata.
Alimentos ricos en estos ácidos son el ajonjolí,
almendras, semillas de flor del sol y
semillas de auyama.
El ejercicio físico es muy importante
cuando se persigue la normalización del
funcionamiento de la próstata. El caminar
es la mejor forma de ejercicio para bien de esta glándula. Se recomienda
una o dos horas diariamente.
Es conveniente asegurarse cuando
existen problemas prostáticos que los intestinos se limpien con regularidad, por lo que debe
evitarse el estreñimiento y la
putrefacción intestinal, y para ello es necesario ingerir vegetales,
frutas y cereales integrales que contienen fibras que favorecen la limpieza
intestinal.
Por último
debemos resaltar las investigaciones
de la doctora Jane Plant, de
Inglaterra, que comprobó en sí misma cómo
la leche de vaca y sus derivados inciden
en el cáncer del seno al observar
que en China el cáncer de seno y de próstata
prácticamente no existen y no consumen leche de vaca
ni sus derivados, además de que no
acostumbran tampoco a dársela a sus
niños.
La leche de vaca produce
diversos trastornos de salud como inflamaciones y reacciones alérgicas al
ser humano, aunque la publicidad interesada diga lo
contrario.
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